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jueves, 11 de febrero de 2010

[Fanfic] Naruto - Niebla

“Niebla”


Sólo un poco más. Un poco más y la descomunal serpiente frente a ella caería rendida al suelo. Pero sería junto a ella, porque ya casi no le quedan fuerzas para tenerse en pie. Su ropa rasgada le estorba a la hora de buscar sus armas y su borrosa vista no le ayuda para nada. Tanteando a ciegas logra encontrar el último shuriken bañado en veneno. Con eso sería suficiente. Se prepara para lanzarlo, pero no logra enfocar bien los ojos en el objetivo. Muy tarde, la serpiente ya se ha recuperado del anterior golpe y se lanza segura a destrozar su cuerpo. Es el final…

Pero al cerrar los ojos, no llega nunca el final que esperaba. Los abre sólo para encontrar la espalda de ese chico frente a ella. Sus cabellos negros están un poco manchados de rojo por la sangre de la serpiente que acaba de derrotar. Otra vez la ha salvado. “Sasuke-kun…”

Sin decirle nada, le presta su hombro para que se apoye al caminar. Deben alejarse de ahí lo más rápido posible y tratar sus heridas. Si permanecen ahí, lo más probable es que lleguen más serpientes al sentir el olor de su compañera muerta. Al caminar, la chica de cabellos rosados puede sentir el débil latir del corazón del otro tan cerca de sus oídos. “No se… altera para nada…” Aprieta los puños sin pensar.


Llevan toda la noche caminando y cuando los rayos del sol comienzan a aparecer en el cielo nublado, el de cabellos negros decide que ya están a salvo. Ese lugar rodeado de niebla los escondería bien por un tiempo. Se sientan en el suelo lleno de charcas del agua de lluvia a descansar. Él procede de inmediato a tratar con eficacia sus heridas. Sin embargo, sus ojos no la ven. Hay algo más en su mente. Algo distante, algo que no es ella. Muerde su labio inferior sin pensar, sacándose sangre.

Ya han pasado tres meses desde que esto comenzó. Él había elegido irse con el hombre que controla a las serpientes y ella había decidido seguirlo, aun cuando no tenía nada que ver en el asunto y sólo pondría su vida en riesgo. Lo había decidido. Dejó todo atrás con tal de seguirlo a él. Algo que el tonto rubio no había logrado. Eso era su orgullo y lo que supuestamente la tenía un nivel más arriba en el corazón de su amado de cabellos negros.

Y sin embargo ahí estaban, sin que él reaccionase de ninguna manera con su presencia. Tres meses y aun nada. Él la protegía siempre, porque en el fondo la estimaba. Pero no era nada más que eso. ¿Por qué? Primero pensó que era por su deseo de venganza, que le consumía el corazón. ¿Por qué? Ahora sabe la verdadera razón. ¿Por qué? Porque sus ojos siempre trataban de ver por entre la niebla, buscando a ese tonto chico rubio. Su mano se posa sobre su kunai…

¿Acaso lo que había hecho no significa nada para él? Sus ojos y su corazón sólo responden a ese otro. “¿…Por qué…?” Ese cabello rosado, que había dejado crecer nuevamente para agradarlo a él, le estorba en los ojos. Pero hay algo más que no la deja ver. “¡No quiero! ¡No quiero que mires a la nada! ¡Mírame! ¡Estoy frente a ti!” Es lo que le gustaría gritarle. Pero aunque lo hiciera, no la escucharía. Está atrapado en su propia niebla…

En un momento lo rodea con sus brazos y apega su cuerpo contra el de él. Oye el latir de su corazón una vez más, ahora cercano a su pecho. Aun nada. Él le susurra que si le duelen mucho las heridas, y le pide perdón…

- Me duele… Sí, me duele… - esconde su rostro en el hombro de su compañero.
- Lo siento. - le dice simplemente, aun cuando su voz no suena culpable en lo absoluto.

“No me pidas perdón si no lo sientes. No son las heridas lo que me duele… Pero sí es tu culpa…”

La niebla que los rodea se apodera de su corazón y se refleja en sus ojos vacíos. En un movimiento rápido, casi imperceptible, su kunai se desliza por ese blanco cuello que tanto le gusta. La roja sangre mancha su rostro ensombrecido. Con una sonrisa y un tono infantil susurra su nombre…

- Sasuke-kun…

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[Fanfic] Guilty Gear: Eddie's Story

“2:00 am”



Llegué a esa habitación como siempre. A la misma hora, 2:00 am. La luz de la luna se cuela por entre las cortinas de seda, las que son elevadas por el viento nocturno, al que tú le permitiste entrar. Esa invitación también va para mí. Sabes que vendré a tu recámara, y entraré como un ladrón por tu ventana. Sabes que esto es malo para tu salud mental, pero aun así sigues dejando abierto por las noches, llamándome a caer en pecado contigo una vez más. Ese delicioso pecado.

Veo tu esbelta silueta sobre la cama de sábanas negras, aquella que solía pertenecer a ese hombre y en la cual te acostabas con él. Ahora soy yo quien ocupa su lugar a tu lado. Me esperas detrás de las cortinas de la cama, nervioso como siempre. Entro en ese recinto cerrado y poso mi cuerpo sobre el tuyo. Siento tu piel arder contra la mía. Has anhelado este momento todo el día y ahora no puedes más. Desbordas deseo por este cuerpo. Mi cuerpo. Su cuerpo.

"Zato-sama…"

Tu voz suplicante resuena al chocar con las paredes. El sonido se queda dentro, en esta habitación que esconde nuestro secreto. Tomo tus labios de improviso, adentrando hábilmente mi lengua dentro de tu boca. Te oigo gemir entre los hambrientos besos de los que eres presa. Yo también deseo tu cuerpo, aquí y ahora.

Me despojo de mis apretadas ropas negras, las mismas que usaba ese hombre. No necesito tratarte bien ni ser dulce contigo. Tú eres el esclavo de ese hombre desde hace años. El perro de Zato. Aun con todo, las cosas están bien así. Soy un demonio y, por ende, vivo sólo de los pecados de los humanos, del sexo y el deseo. Vivo de tu anhelo por un hombre que ya no existe. Eres un humano estúpido. Zato jamás volverá. Te estás entregando a una ilusión. Yo no soy… Yo no soy Zato.

La rabia que invade mi ser se manifiesta en la forma brusca en que te posiciono boca abajo. Lo siento, pero está en la naturaleza de un demonio ser violento. ¿Te das cuenta de que yo no soy quien buscas? No, claro que no. Si lo hicieras, no permitirías que esto pasara. Siempre tan fiel a tu amo… Eres un encanto. Quiero tenerte para mí. Sólo para mí…

Te oigo gritar cuando penetro en tu cuerpo sin preparación. Es… simplemente delicioso. La estrechez de tu cuerpo, los sonidos que escapan de tus labios… Acaricio con mis manos tu abdomen, hacia abajo, hasta llegar a tu entrepierna. Sus manos… Te oigo gemir por el placentero contacto. Más fuerte aun cuando comienzo a moverme dentro de ti. Esa calidez que me vuelve loco. Tanto como para poseerte de esta manera, en este lugar. Un extraño sentimiento se apodera de mi pecho. ¿Qué será? Hace meses que se hace presente, todas las noches, todas estas veces…

Me doy cuenta una vez más. Pierdo el control una vez más. De la espalda de este cuerpo que no es mío se desprenden cadenas negras que te envuelven por completo y no te dejan escapatoria. Siento como te tensas por el miedo. Porque sabes que volverá a pasar lo de siempre.

Las cadenas negras que desprendo se introducen en tu cuerpo, por debajo, entre tus labios… Envuelven tu hombría que se mancha de color blanco, mientras que por tus largas piernas corre un líquido rojo… A pesar del miedo y el dolor, no puedes dejar de correrte una y otra vez. Así de poderoso es el efecto que tiene la imagen, el tacto de este cuerpo en ti. ¿Por qué? ¿Por qué lo necesitas tanto como para llegar a esto, a esta… demencia? Gritas ese nombre repetidas veces, sin cansarte de llamarlo. Y aun cuando normalmente respondo a ese nombre, no es el mío. No es mi nombre el que llamas…

Las sombras se apoderaron de nosotros desde hace meses. No podías soportar la muerte de tu amo y yo no quería seguir soportando la abstinencia. Aun recuerdo tu imagen destrozada, llorando en una tumba solitaria que hiciste con tus propias manos. Tan frágil, tan exquisito… Fue en ese momento en que comenzó todo. Sentí que debía acercarme a ti y lo hice. No sé si fue un acierto o un error, pero fue el primer paso para hundirme más en la oscuridad. Y de pasó llevarte conmigo a los abismos de la locura.

Ya no hay vuelta atrás. Mis tentáculos se apoderan de ti una vez más, alzándote en el aire. Te oigo jadear por la presión sobre tus músculos. Aun con una de mis extensiones negras dentro de tu boca, tus gemidos pueden ser escuchados. Vuelvo a mover mis caderas contra las tuyas, rompiendo tu interior una vez más. ¿Cuántas veces habremos caído en esto? Son tantas que ya perdí la cuenta. ¿Cuántas veces te habré hecho daño de esta manera tan dulce? ¿Cuántas veces te habré hecho feliz con mi crueldad? ¿Por qué no me ves a la cara y me reconoces detrás de este rostro?

Descargo nuevamente mi semilla en ti. Te oigo gritar por el ardor que produce el semen en tus heridas internas. “¡Zato-sama…!” Buscas mi rostro con tus manos. Te siento acariciar mis mejillas con cuidado. De tus labios sale una declaración de amor, dulce y sincera, que no es para mí. “Lo amo… Lo amo tanto, mi señor…” Tus labios rozan los míos. Mis tentáculos te presionan contra este cuerpo de cadáver viviente.

- Yo no soy Zato, no me llames más por ese nombre… - te pido por enésima vez.
- Zato-sama… Zato-sama… - cubres de besos mis párpados. - Zato-sama está aquí, conmigo…
- No, no está. ¡No seas imbécil! ¡Él no va a volver!
- Zato-sama me ama… Zato-sama no me ha abandonado…
- ¡Él lo hizo! ¡Pero yo no…!

Tomo tu rostro entre mis manos. Por tus mejillas corren ríos de plata. Estás temblando débilmente entre mis brazos. ¿Cuántas veces más nos haremos daño? “Yo te amo… Eddie te ama…” Es lo que quería decir. Que soy yo quien no te ha abandonado. Que soy yo quien está a tu lado ahora.

“Zato es un tonto. No te aprecia como podría. Yo podría darle un uso mucho mejor a un esclavo tan perfecto como tú. Yo sí puedo complacerte. Ven conmigo.”

Esas fueron mis palabras al ir a buscarte a esa tumba. Quería tener un nuevo esclavo… No. Quería deshacerme esta soledad. Quería tener a ese chico adorable y fiel que siempre me seguía a donde fuera. Que me hacía sentir que era a mí a quien seguía. Que me hacía sentir que era lo más importante del mundo entero. El chico que sonreía y asentía a todo lo que decíamos (Zato y yo), aunque fuese sólo por él. Porque siempre quise que fuese para mí. Porque siempre desee poseer esa ternura…

Y es esa ternura la que ahora llora frente a mí. Es esa personita la que me abraza y me llena de besos, sonriendo con una mezcla de tristeza y felicidad insana. ¿Por qué no puedes verme? ¡Yo puedo complacerte! Tengo que resignarme a tratar de ocupar su lugar, aunque yo nunca sea yo de nuevo. “¡Zato ya no existe!” Me gustaría gritar para sacarte de esa mentira en la que vives, en la que yo te introduje…

“Lo siento… ¡Lo siento…!”

Enredo mis dedos en tus cabellos blancos. ¿Cómo es que Zato no te aprecia? ¿Cómo puede seguir viendo a otras personas, aun cuando ya te tiene a ti? Te estrecho entre mis brazos una vez más. Sollozas contra mi pecho. Los temblores de tu cuerpo comienzan a ser más suaves, para luego acabar completamente. Te has dormido abrazado a mí. ¿Cuándo fue que derretiste el hielo de mi corazón? Pasan las horas que quedan hasta el amanecer. Lo único que puedo hacer es acariciar tu cuerpo con cuidado y besar tu rostro…

Te posiciono sobre la cama al notar como entran los primeros rayos de sol. Beso tus labios por última vez. Ya no importa nada. Ya no hay solución. Estamos enfermos, tú y yo. No podemos correr de la locura. Me alejo de ti, pero ambos sabemos que volveré. Y que tú me estarás esperando aquí, como todas las noches.

Porque no puedes vivir sin tu amo, aunque sea una ilusión.

Porque ya no puedo vivir sin ti.

Volveré, como siempre, a las 2:00 am.

La hora en que volveremos a ser felices.

La hora en la que volveremos a sufrir.

[Fanfic] Guilty Gear: Dizzy's story

Dizzy's story: “Pequeña mujer vestida de negro”



Trata de concentrarse sólo en el sonido que producen sus pisadas. Entre todos los ruidos ensordecedores del ambiente, ese es el más beneficioso para su salud mental en ese momento. Si le pone atención al débil susurro del fuego, al claro sonido de los árboles y las casas cayendo tras ella, a las desesperadas voces de humanos que gritan y lloran entre las llamas que los consumen, cree que en cualquier instante perderá la cabeza. Otra vez perderá la cabeza. Los cadáveres de inocentes carcomidos, ardiendo, o aplastados por los edificios que se desploman. Palabras escupidas con amargura, con rabia, rencor, odio, miedo. Todas para ella. Todas esas vidas desapareciendo. Existencias borradas por ella. Sólo por una pequeña mujer vestida de negro.

Ya no puede más. Usó todas sus energías tratando de calmar a Necro y Undine. El resto fue empleado para huir del lugar. Huir del desastre que ha causado. Huir de sus culpas y sus miedos. Huir de la realidad, de la fría realidad que siempre la ha perseguido. Cae a la tierra, rendida. Es inútil. En el fondo de su corazón lo sabe. Sabe que es imposible que esos seres tan frágiles como el papel puedan convivir junto a ella. Trata de acercarse a ellos (Oh, ¿cuántas veces lo habrá intentado?) y al final siempre la ilusión se rompe en pedazos, como un cristal roto por la cruel verdad de su ser. Que ella es diferente a ellos. Que ella no es sólo una pequeña mujer vestida de negro.

Hasta que sucede lo inevitable. Esas personas no saben del poder que se esconde dentro de ella. Y cuando la tragedia comienza, la pequeña mujer vestida de negro queda sometida por ese poder, manejada por éste como una muñeca de trapo. El ángel de la muerte despierta una vez más para destruirlo todo. La gente maldice a esas alas, una blanca, la otra negra. Maldice la existencia de la pequeña mujer vestida de negro.

Finalmente ésta, al volver a ser ella misma, se encuentra sola, abandonada por el mundo. Y llora, llora desconsoladamente. Llora a pesar de que es lo que ha sucedido infinitas veces y ya debería haberse acostumbrado a la sensación. Llora porque quiere ser aceptada desde el fondo de su alma. Porque no quiere estar sola. Porque quiere ser amada. Porque nadie ama a la pequeña mujer vestida de negro.

"¿Por qué el amor sigue evadiéndome...?"

El suave susurro angustiado se pierde en el viento nocturno. El agua que cae de sus ojos penetra en la tierra. Pero hasta esto no nutre nada, no hace crecer nada. Hasta sus lágrimas no sirven para nada.

Oye las órdenes de los aldeanos a lo lejos. Mandan a que la busquen. Seguramente la quemarán viva luego de cumplir con ese objetivo. Y ella no mueve ni un sólo músculo. Tal vez sería mejor así. Que esa alma indeseada desparezca de una vez por todas. Así, el ángel de la muerte no volvería a despertar. Así, la pequeña mujer vestida de negro dejaría de respirar junto a él.

No, aún no puede dejarse morir. Algo en ella le dice que continúe. Con la poca fuerza que le queda y un esfuerzo sobrehumano, se arrastra hasta un gran árbol y se refugia entre sus raíces, las cuales la esconden y camuflan perfectamente. Un suspiro adolorido brota de sus sonrosados labios. Aún tiene una esperanza. Por más tonta e ínfima que sea, ahí está. Su espíritu se aferra a esa idea con fuerza. Es lo único que la mantiene viva. Tal vez sea algo egoísta pensar así, ya que sabe que, si ella sigue existiendo, muchísimas vidas podrían perderse.

Mas no puede evitarlo. Quiere ser amada. Por una sola vez, quiere experimentar ese sentimiento tan humano, aun si es probable que ella sea incapaz tenerlo. Aunque fuera un solo segundo en el que pudiera percibir que otro ser siente amor por ella, que la necesite y la desee, ella sería feliz. En ese momento, aun cuando se esfume al siguiente instante, ella se sentiría humana, necesaria. La pequeña mujer vestida de negro podría morir en paz, con una sonrisa en los labios. Tan humano, a pesar de que ella no se dé cuenta de este hecho. Un egoísmo puro y angelical.

"¿Dónde se encuentra el amor...?"

Pero por más que mire a su alrededor, en la oscuridad de la noche no hay nadie. Ni siquiera un animal que pueda oír sus sollozos, ver sus lágrimas, su apariencia devastada. Tan sólo la vegetación de ese bosque es testigo de sus lamentos. Hunde su delicado rostro en sus lastimadas rodillas. Antes se las había herido mientras corría. Tropezó y, naturalmente, estas se rasparon. ¿Por qué diablos es tan torpe? Ni para correr sirve. No es necesaria para nadie.

Probablemente sería mejor dejar de lado esa esperanza inútil. Olvidar que alguna vez su miserable vida existió. Ni a Necro ni a Undine les puede pedir ese favor. No la escucharían. Tiene que hacer algo ahora, antes de que se arrepienta de su decisión. No hay nadie. No hay nadie para ella. A pesar de que decenas de humanos la persiguen y la buscan en ese momento, no hay nadie para ella. Nadie.

"¡¡Dizzy!!"

Su nombre suena entre los árboles con fuerza, causando que algunos pájaros se asusten y salgan volando desde las copas de los árboles. Puede ver una luz que destaca entre las sombras, acercándose rápidamente hasta ella. Lo raro es que es una luz de color negro. Sólo su piel es muy blanca, y sus ojos parecen dos rubíes que ahora la miran con ternura. Esa voz... Nunca su nombre había sonado tan dulce.

En el rostro sorprendido de la chica caen nuevas lágrimas, esta vez cargadas de un sentimiento diferente. Ahí está. En el rostro contrario aparece una mueca de dolor. ¿Sus lágrimas podían hacerlo sufrir? Una sonrisa débil se asoma. Es imposible. Pero aun así, luego de mirarla extrañado, ese chico luminoso le sonríe de vuelta con afecto, y acaricia suavemente sus cabellos. ¿Cómo no se había percatado de su presencia? Recuerda que lo oyó atacar a la gente que la perseguía, descargando brutalmente su odio por los humanos y protegiéndola contra todo daño. Pero no le puso atención. Estaba sumergida en sus pensamientos depresivos, y con ello no logró verlo.

Mas ahí está, frente a ella, extendiéndole una pálida mano para ayudarla a levantarse. Sí hay una esperanza. Sí hay alguien que está dispuesto a destruirlo todo con tal de protegerla. Ahí frente a ella, durante todo este tiempo.

Con una sonrisa y la cara empapada, toma entre sus manos esa cuerda de salvación y se pone de pie. De inmediato se siente rodeada por unos fuertes brazos masculinos. Nunca más la dejaría sufrir sola. Está segura de esto. Lo sabe, aun cuando él respeta el silencio. Lo sabe por la calidez que invade su corazón. Sus ojos se cierran cansados. El agua atrapada en ellos se secará ahí y no volverá a caer. Por primera vez en su vida percibe ese sentimiento que tanto añoró.

"Aun cuando siento que ahora podría morir de felicidad... Por favor, Dios, ¿me dejarías vivir a su lado un tiempo más?"

Por primera vez, la pequeña mujer se viste de blanco.

Guilty Gear One-Shot :D

Aquí estará la lista con los links para cada uno de los one-shot por persona que pienso escribir de Guilty Gear. No los voy a escribir en orden, les aviso:

1) Sol Badguy

2) Ky Kiske (medio planeado)

3) May

4) Millia Rage

5) Zato-One

6) Potemkin (de él sí que no se que escribir O.o)

7) Chipp Zanuff

8) Faust

9) Axl Low (Immortal Disease)

10) Testament (idea)

11) Baiken

12) Jam Kuradoberi

13) Johnny

14) Anji Mito

15) Venom (medio planeado)

16) Dizzy (Pequeña mujer vestida de negro)

17) Eddie (2:00 am)

18) Slayer

19) I-no

20) Zappa (idea)

21) Bridget

22) A.B.A (idea)

23) Robo-Ky (medio planeado)

24) Kliff Undersn

25) Justice

26) Sin Kiske