El cuarto capítulo de la novela de "Siete Pecados y Castigos" (Nanatsu no Tsumi to Batsu) =) Por fin lo terminé *o* De repente me llega la inspiración y lo terminé en dos días, una escena completa cada día XD De nuevo, repetir que los dos primeros caps los traduciré al final, ya expliqué en el otro post porqué. La ilustración fue coloreada por Mamvik y tengo su permiso para compartirla~ (deviant de Mamvik: http://mamvik.deviantart.com/)
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Capítulo 04: Pereza
La mujer que usó el veneno "gift" y aniquiló a la ciudad
de Toragay, en el País de Elphegort: Margarita
Blankenheim.
Cuando se habla sobre
ella seguramente no se puede evitar mencionar también las maniobras secretas que
la asociación criminal “Pere Noel” llevaba a cabo por ese mismo tiempo.
Margarita era un miembro de Pere
Noel.
“La Tercera: la Princesa que trae
el sueño”----ese era su nombre clave.
Ella no recibió el amor de su
esposo. Puede que eso sea algo por lo que tenerle compasión.
Sin embargo, ella estaba rota
desde mucho antes.
El que Margarita fabricara el
“gift” y los pusiera a todos “a dormir”... puedo pensar en muchas razones para
ello, pero puede que en realidad ni ella misma tenía un objetivo en mente.
De hecho fue Pere Noel el que
intentó utilizar el “gift”.
Su esposo y también su amiga
servían a Pere Noel y para ambos, quienes sí poseían ambiciones, el “gift”
debe haber representado algo bastante atractivo.
La muerte de Margarita no tuvo
que ver con su “contenedor del Pecado Capital”.
Eso es porque el contenedor que originalmente iba a ser el responsable de ello ya se encontraba en la manos de
la líder de Pere Noel, “la Primera: Santa Claus”.
Al final ella terminó con su
propia vida usando el “gift” que ella misma había creado.
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Cuando queda solo un poco más
para llegar a Toragay, alguien se paró en frente del caballo blanco que va
corriendo.
“!?”
Clarith se apresuró a tirar las
riendas y Josephine logró detenerse.
“Hola... Ya que estamos, déjenme
montar con ustedes.”
El que se dirigió a nosotros fue
un chico de cabello rubio que vestía un traje de payaso.
“Tú eres... Hansel. ¿Está bien que
no estés al lado de “Banica-sama”?”
Aún con el maquillaje de Pierrot
puesto no podía esconder esas facciones ni ese tono de voz.
¿Por qué estará él en este lugar
ahora, cuando se suponía que estaba en la mansión de Conchita?
Puedo hacerme una idea. Yo sabía
que la “Princesa que trae el sueño”, que se encuentra más adelante, tenía una
profunda conexión con él.
Una expresión desconcertada se
asomó en el rostro de Clarith y, desde arriba del caballo, le contestó así a
Hansel.
“No debo permitir que la
“Princesa que trae el sueño” y tú se encuentren.”
“¿Es esa la voluntad de
“Michaela”?”
“Así es, Hansel ---- No, puede
que sea más preciso llamarte “el Quinto: Pierrot” en este momento. Si ustedes
entran en contacto existe la posibilidad de que causen un caos mayor.”
“No seas tan estricta. Sólo
quiero limpiar los errores ---- de una compañera de “Pere Noel”. Eso que justo
iba a entregarle algo que dejó olvidado.”
Diciendo así, Pierrot sacó una
muñeca.
Uno de los “contenedores de los
Pecados Capitales” ---- la muñeca que gobierna la pereza.
“Se la robé a Michaela.”
Pierrot dijo así con una mirada
que indicaba que era un experto en ello, pero Clarith permaneció inexpresiva y
negó con la cabeza.
“Esa muñeca ya no tiene ninguna
importancia, ya que ahora sólo es una cáscara vacía que no contiene al
demonio.”
“...Eso quiere decir que, después
de todo, tú también eres sólo una persona común, una incompetente, Clarith.
Está bien. Entonces yo me quedaré con esto. Les enseñaré la forma apropiada de
usarla ---- Ya, entonces vamos.”
“Te acabo de decir que no puedo
llevarte con nosotros.”
“Hmph... no te creas tanto siendo sólo la sirvienta de Michaela. Si es así no tengo problemas en hacerte aceptar
por la fuerza.”
De alguna forma podía percibir
la atmósfera hostil que surgía entre los dos.
Yo me meto entre los dos y me
dirijo a Clarith.
“No tenemos tiempo para estar
perdiéndolo en este lugar. Mientras estamos aquí las almas en el palacio
continúan cayendo dormidas. Ahora debemos seguir avanzando, y rápido.”
Luego me volteé hacia Pierrot.
“Si quieres venir con nosotros,
haz lo que quieras. Sólo no puedes montar a Josephine. No hay espacio en su
lomo para que monten tres personas.”
“Como era de esperarse del chico
igual a mí. Entiendes rápido.”
“No es que yo sea parecido a ti.
Tú eres el que se parece a mí.”
“Qué importa eso. Como sea, en
respuesta a tu generosa disposición, te mostraré algo interesante ---- Mira
esto.”
Pierrot puso frente a mis ojos la
muñeca que andaba trayendo.
“Como siempre, entre más la miro
más pienso que es una muñeca muy parecida a Michaela.”
“No es la muñeca la que se le parece. Michaela es la que es igual a la muñeca.”
“Qué importa eso. ----Entonces,
¿qué pasa con esta muñeca?”
“Tu capacidad de observación está
fallando, Allen. Fíjate aquí, en su barriga.”
Diciendo eso, Pierrot comenzó a
desnudar a la muñeca.
Miro con atención la muñeca ya
desnuda.
El lado de derecho del cuerpo de
la muñeca está muy quemado.
Y también otra cosa: en su
abdomen hay un gran agujero.
“Está bastante destrozada. ¿Quedó
así por culpa de lo que destruyó este mundo ---- de “Castigo”?”
“Si fuese así hubiera quedado aún
peor. Esta herida en su barriga no fue causada por “Castigo”. Fue por algo que
ocurrió mucho antes ---- desde dentro de la muñeca.”
“¿De su interior?”
“Ya son suficientes pistas. No te
preocupes, también lo entenderás pronto. ...Entonces yo los seguiré, ya que, a
diferencia de ustedes, yo puedo volar incluso estando en la Tierra. Los
alcanzaré de inmediato.”
Dice puras cosas a medias. No
entiendo a que se refiere.
Por su parte, Clarith pareciera
querer decir algo más, pero frente a mis palabras ella también se dio cuenta de
que no tenemos tiempo que perder.
“No hay remedio, ¿no? ---- Vamos,
Allen-sama, deje a este tipo y vámonos rápido.”
Diciendo eso, yo ---- bueno, no a
mí, tira del brazo a Pierrot y trata de subirlo al caballo.
“Clarith, no. Estás equivocada.
Ese es Pierrot. Yo soy Allen.”
“...¿¡Ah!? ¿Cómo pude...? No me di
cuenta----“
...Aunque tengamos la misma cara, ¿cómo puede esta mujer confundirnos cuando estamos vestidos tan diferente uno de
otro?
A diferencia de cuando visité a
los otros contratistas del pecado, en la ciudad de Toragay no hay espejismos de
edificios.
Una planicie desierta que se
expande eternamente. Tampoco se ven otras almas.
Por eso, encontrar a esa mujer
fue algo fácil. La “Princesa del sueño” envolvió su cuerpo en una neblina de
color verde y simplemente se encontraba parada con ambos brazos extendidos.
Parece haberse dado
cuenta de la presencia de Clarith, la mía y hasta de la de Josephine desde lejos. Ella
tomó la iniciativa de dirigirme la palabra.
“----Otra vez has venido a
matarme, ¿verdad?”
“¿Por qué haces esto,”Princesa
del sueño”? Hacer dormir a las almas con tu propio veneno... ¿Qué sentido tiene?”
“Realmente son unos niños malos.
Olvidaron hasta la gratitud hacia mí por haberlos criado y me desafían. ...Ya no
los necesito. No necesito a unos niños que no hacen lo que yo quiero.”
“¿Qué dices? ¡----Responde la
pregunta!”
“A diferencia de ustedes, mis
pequeños “gift” son muy buenos niños... Si yo lo ordeno, ellos hacen
obedientemente todo lo que yo digo. ----¡Vamos, jueguen! ¡Jueguen más, con toda
libertad! ¡¡Mis adorables “gift”!!”
Clarith me susurra.
“...Es inútil. Parece que tus
palabras no la alcanzan. Supongo que perdió la cordura.”
“¿Es porque se destruyó el
mundo?”
“No, seguramente no tiene que
ver. Siempre se ha encontrado en ese estado. Puede ser porque hace tiempo
fue liberada que ahora esté descontrolada... Seguramente ni ella entiende lo que
está haciendo. Simplemente está siguiendo su instinto y hace esto.”
“Eso quiere decir que no tiene
caso intentar persuadirla. …Entonces, ¿qué debo hacer concretamente para
detenerla?”
“No lo sé.”
“¿¡Eh...!?”
“Michaela me dijo que, siendo tú,
de alguna forma sabrías qué hacer.”
Clarith me observa con los ojos
llenos de expectativas.
(No, no, no me digas eso...)
¿¡Por qué absolutamente ningún
dios se digna a explicar alguna cosa!?
La Princesa del Sueño continuó
esparciendo la niebla verde. Esa neblina la obedece y se aleja de su cuerpo,
para luego volverse transparente para que nuestros ojos no la perciban. Por
ahora no tengo miedo de quedarme dormido, pero no sé qué ocurrirá si tocamos
esa niebla directamente.
Como sea, si no nos acercamos a
ella primero no resolveremos nada. Y, otra vez, yo no llevaba nada conmigo que
pudiese usarse como un arma.
Paso a paso voy a cortando la
distancia entre ella y yo, lentamente.
Primero debo acercarme hasta una
distancia en que mi mano la alcance. ¿...Y después qué haré? ¿La golpeo para
hacerla perder la conciencia? Siendo almas los dos podemos tocarnos
mutuamente, pero dudo que un ataque como ese surta efecto. Las almas no
mueren. En un principio, no se puede dormir ni por la propia voluntad del sujeto en cuestión. Entonces, ¿no será imposible hacer que se desmaye?
De repente noto que la Princesa
del Sueño me mira con recelo mientras me acerco.
Un monstruo de ojos verdes.
Aunque tome la forma de una persona su verdadera naturaleza es, sin lugar a
dudas, un monstruo sin frenos. ----En este mismo momento sus ojos están
llenos de una gran cantidad de locura.
“...No te acerques.”
Esa única frase fue la señal. En
ese instante, la niebla verde pareció cobrar vida y dirigió hacia mí, introduciéndose por mi nariz y mi boca.
“¿¡Urgh...!?”
No me costaba respirar. De hecho,
me asaltó una agradable sensación que me dejó sin palabras.
Ah... se siente muy bien...
Mejor que... duerma... aquí mismo... lentamente...
(¡¡----No lo hagas!!)
En ese momento volví a la
normalidad y otra vez marco distancia de ella.
Al hacerlo, la niebla que me
rodeaba también se esparce.
Tal parece que la niebla no me atacará directamente si logro tomar cierta distancia de ella.
(...pero así no acabaremos nunca
con esto.)
¿Trato de acercarme tapándome la
boca y la nariz? ...Seguramente no evitaré a esa niebla haciendo algo así.
Volteo hacia Clarith. Ella
simplemente mira hacia acá, vigilándome preocupada.
(Tal parece que no tendré la
oportunidad de pedir sugerencias.)
No es como que necesite que haga
algo en contra de la Princesa del Sueño. Sólo basta con detener esa niebla de
“gift”.
Sin embargo, no se me ha ocurrido una forma de hacerlo siquiera.
(¿Qué hago----?)
“----Vaya vaya, parece que no
puedo dejárselo a ustedes. ...Entonces, ¡parece que por fin es el turno de la
estrella principal: yo!”
Una voz llegó desde todas partes
del cielo.
No podía ver su silueta, pero
sabía que esa voz le pertenecía a Hansel---- al Pierrot.
“¡¡Aquí!!”
Pierrot cayó desde allá arriba,
llevando la muñeca consigo.
Justo al lado de la Princesa del Sueño.
“Ahora vamos a comenzar. Este es
el maravilloso espectáculo de Lemy Abelard-sama----”
“¡Ten cuidado, Hansel!”
La niebla verde comienza a acechar
al Pierrot sin piedad. Yo le grité sin siquiera pensarlo, pero parece que
Pierrot, por su parte, no le da importancia ni a mi advertencia ni a la niebla.
Él levanta la muñeca en el aire de forma dramática. Y al hacerlo ---- de forma increíble, en un instante la
niebla es succionada hacia la muñeca.
“Una “jaula de almas” ---- Esa
hechicera sí que usaba cosas bastante útiles y convenientes. Pareciera que no ha perdido su efecto aunque esté así de
maltrecha... Es impresionante.”
Al darle cuenta de que el “gift”
no funciona, la consternación aparece en las facciones de la Princesa del
sueño.
“Deténganse... no se acerquen...”
“No te preocupes. Hoy no te
lanzaré al horno. A dónde vas a entrar ---- ¡es aquí!”
Y el Pierrot levantó la muñeca
aún más arriba.
Con eso todo terminó.
De repente, la figura de la Princesa
del Sueño simplemente desapareció.
Junto a su “gift”.
“----Bienvenida a casa, mami.”
Pierrot susurró aquello en voz
baja, abrazando la muñeca contra su pecho.
Y entonces se dio vuelta a mirarnos.
“Ahora... todo terminó sin
contratiempos, queridos inútiles.”
No tengo como rebatirle. Tal como
él dice, no fui más que un inútil.
Sin Pierrot... o más bien, sin la
muñeca no hubiéramos podido hacer nada en contra de la Princesa del Sueño.
“Lo lamento.”
Con toda sinceridad, le dirigí
a Pierrot una frase que combinara las disculpas con las gracias.
“Está bien. Te lo dije en un
principio, ¿no? Que yo tenía la responsabilidad de encargarme de mis parientes y de terminar con ella.”
“Esa muñeca... dijiste que se la
robaste a Michaela. ¿Es verdad eso?”
“...Quién sabe.”
No puedo evitar
pensar, por alguna razón, que Michaela esperaba que pasara esto.
Como si se hubiera preparado para
cuando yo fuera un inútil, entregándole la muñeca a Hansel----.
(Es decir que.... como siempre, no
puedo cumplir sus expectativas en los momentos cruciales.)
“No hay tiempo para deprimirse,
Allen.”
Pierrot puso su mano en mi
hombro.
“El siguiente es... la “envidia”.
Desde ahora, igual que con la Princesa del Sueño, es mejor que supongamos que
los contratistas no son personas con las que podamos conversar. Kayo, Gallerian y finalmente Nemesis. Todos ellos seguirán siendo unos desquiciados, igual a como lo eran en vida. ...por culpa de “Ma”.”
“...Pero, ¿acaso hay algún sentido
en encontrarnos con ese tipo de gente?”
“No tengo idea, pero el Dios Sol
te dijo que los conocieras a todos, ¿no? Bueno, no tenemos que preocuparnos de
nos maten así que está bien tomárselo con calma, ¿verdad?”
“Me gustaría aprender eso de ti.”
“Muchas gracias. ...Ya es hora de
que vuelva pronto a donde está Banica-sama. Estoy bastante cansado. Oh, primero
debo devolver esta muñeca.”
“¿Estará... bien eso? La “Princesa
del Sueño” no se va a salir de ahí y se descontrolará de nue----”
“Creo que por ahora está bien.
Bueno, ya no tengo más responsabilidades aquí así que encárgate de hacerlo
bien con los demás. ¡Nos vemos!”
Pierrot se marcha saltando en
dirección al bosque, llevando consigo la muñeca.
“Y ahora...”
Volteo hacia Clarith.
“La contratista de la “envidia”,
Sudou Kayo... Ella se encuentra en Jakoku, ¿no? ¿También serás tú
quien me guíe hasta allí?”
“No, será----”
----Clap, clap, clap.
Escucho el sonido de alguien
aplaudiendo.
Viene desde atrás de Clarith.
“Buen trabajo. Fue un espectáculo
bastante pintoresco.”
Su voz era hermosa pero su
apariencia es extraña. Se podría decir que tiene forma de persona, pero todo su
cuerpo está cubierto de escamas. En su espalda tiene 6 alas ---- no, más bien
deberían ser aletas ---- y su cara es totalmente igual a la de un pez.
Al fin comprendí su identidad
cuando vi las dos tijeras que llevaba en sus manos.
“Eres… el “Demonio de la Envidia”.”
“Supuse que ya sería mi turno así
que subí a recibirte, pero tal parece que llegué muy pronto. Bueno, gracias a
eso pude ver algo entretenido.”
“¿Te refieres ---- a verme siendo
patético?”
“Así es. No fuiste muy útil, la
verdad. Todavía queda mucho para llegar a Jakoku. Si estás así de
desanimado no serás capaz de atravesar el mar, jujuju...”
“El mar, dices... ¿Acaso no eres
capaz de volar por el cielo?”
“No es que no pueda hacerlo pero, en mi caso, soy más rápida nadando. Y no quiero desperdiciar mi tiempo.”
Jakoku ---- fui allí
una sola vez.
No lo hice en vida. Fue cuando ya
era sólo un alma, como ahora.
Y también esa vez... conocí a
Sudou Kayo.
“Allen-sama...”
Clarith me dirige la palabra.
“Aquí me separó de usted, ya que
Josephine no puede cruzar el mar.”
“Ya veo. Muchas gracias por todo.”
“No, la verdad es que no he
podido serle muy útil----”
Y a continuación Clarith se
dirige al Demonio de la Envidia.
“Señora demonio cangrejo, cuide
bien de Allen-sama.”
“…Qué chica más grosera. Me
pregunto dónde ves la similitud entre un cangrejo y yo.”
“¿¡Eh!? ¿No es así? Como lleva
unas tijeras supuse que sería la encarnación de un cangrejo----”
“...Si tuviera el tiempo necesario me gustaría destrozarte miembro por miembro, pero... por ahora te perdonaré y lo
dejaré pasar. ----Vamos, “Irregular”. Monta en mi espalda.”
Luego de decir aquello, el
cangrejo ---- no, el Demonio de la Envidia cambia su apariencia inmediatamente y se convierte completamente en un pez.
“...Las aletas de tu espalda me
hacen daño y es difícil subirse.”
“Eres un chico, así que aguanta
al menos eso. ----¡Nos vamos!”
El pez extiende sus seis aletas y
vuela alto.
Volamos por el cielo con una
fuerza horrorosa ---- y de repente me doy cuenta de que hemos llegado a la
superficie del mar del oeste.
Y entonces nuestro transitorio
viaje por mar comenzó.
---FIN DEL CAPÍTULO 4---
Gracias C:
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