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miércoles, 17 de diciembre de 2014

[Evillious] Nemurase-hime kara no Okurimono - Short Story 3

Hoy llegó el tercer capítulo de las historias cortas de Nemurase y lo traduje de inmediato =D Ok, no tan de inmediato porque mi PC me hace la guerra desde hace unas semanas ¬¬ Pero aquí está, el mismo día XD Este cap revela cosas sobre Mayrana n.n El siguiente llegará el 24 de Diciembre *o*


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Nemurase-hime kara no Okurimono
Historias cortas: Capítulo 3


Yo no sé mucho sobre los origenes de Mayrana Blossom.

Antiguamente vivía en el Imperio de Belzenia, pero, al parecer, allí Santa Claus descubrió su talento para la magia y se hizo su aprendiz.

De acuerdo a Santa Claus, tal parece que en realidad sólo rara vez existen personas con tanto ingenio de hechicera como Mayrana. En tiempos antiguos, casi todas las familias que poseían talento para la magia se encontraban en el Reino Mágico de Levianta, sin excepción. Sin embargo, debido al “Desastre de Levianta”, la mayoría de esos clanes terminaron por extinguirse.

La primera vez que me encontré con Mayrana, ella ya se llamaba a sí misma “la Cuarta: la Sombra”. A pesar de que los miembros de Pere Noel eran sólo ella y Santa Claus, por alguna razón ella escogió el nombre de “la Cuarta”. Es debido a que la bruja de tiempos antiguos a la que ella admiraba, “Meta Salmhofer”, era la cuarta de los miembros de la organización a la que ella pertenecía, “Apocalypse”.

Yo admiraba a Santa Claus y también a Mayrana, por lo que aspiraba a ser su aprendiz, pero al final no me convertí totalmente en una hechicera. Aún ahora no puedo olvidar esa mirada de desprecio de Mayrana cuando fui excomulgada una vez por Santa Claus.

Por eso, cuando Mayrana apareció en esta tienda para pedir mi poder, yo la recibí sintiendo un cierto sentimiento de superioridad.

“Tal parece que hasta Mayrana-senpai no conoce una magia para cambiar el propio rostro, ¿no?”

Parece que Mayrana se puso un poco de mal humor, ante mi intento ser lo más cínica posible.

“… … Ese poder que tienes no es tuyo de verdad, ¿no? Nunca olvides que es sólo un poder que tomaste prestado de esa persona ---- el poder del demonio de la lujuria. Porque, después de todo, sólo estás siendo mantenida aquí por la compasión de esa persona.”

Era un tono de voz calmado y respetuoso, pero yo sabía que había una porción de odio y celos allí.

Santa Claus no le concedió un “recipiente de los pecados capitales” a Mayrana. Eso debido a que juzgó que no había necesidad de darle más poder a alguien como ella, que ya era una talentosa hechicera. Pero parece que Mayrana estaba disconforme con eso.

Se preguntaba “¿por qué le concede un recipiente a esa forma de vida inferior y no a mí?”.

Mayrana adoraba a Santa Claus. Desde mi punto de vista, era tanta que me parecía extraña. Ella usaba las mismas ropas que Santa Claus, prefería usar los mismos maquillajes, y tenía el mismo menú para comer. Puede que Mayrana hiciera así para demostrar su lealtad hacia Santa Claus, pero tal parece que últimamente a Santa Claus comenzó a desagradarle Mayrana, que tanto trata de identificarse con ella. Con el pretexto de una misión, terminó mandando lejos a Mayrana, a la apartada tierra de Marigod.

Y esa chica dice que desea cambiar su rostro.

Sin preguntarle, yo ya sabía a la cara de quien quería cambiarla.

“Deseo que hagas que mi cara sea igual a la de esa persona. Igual desde la altura de la nariz hasta la cantidad de arrugas. Te pagaré el doble de lo normal.”

Ese dinero, probablemente, servía también como soborno para que no hablara de ello con Santa Claus.

No tiene sentido. Es algo que ella sabrá de inmediato en cuanto se la encuentre directamente.

Puede que, para Mayrana, eso diera lo mismo. Ella también sabía que, una vez que cambias tu cara, nunca podrás devolverla a como era antes. En pocas palabras, eso quiere decir que no tengo que acusarla hasta que cambie su rostro.

“Entonces, venga por aquí……”

Yo asentí y la guié al interior de la tienda.

“Le pido que sea rápida.”

Mayrana se acostó en la cama antes de que yo le indicara hacerlo.

“Lo sé.”

Yo convoqué al “demonio de la lujuria” de la Espada Venom.


Todo terminó, y Mayrana confirmaba el aspecto de su rostro en el espejo.

Yo veía como ese rostro se iba sonrojando en un instante. Seguramente yo mostré una débil sonrisa en ese momento.

“… … ¿Qué significa esto?”

Mayrana voltea la cabeza y me mira frunciendo el ceño.

“Te pareces mucho, ¿no? A esa persona.”

“¡Creo haberte dicho que quería que “la hicieras igual”! Ciertamente me parezco, pero ---- esto es un poco diferente. ¡También el tamaño de los ojos! ¡Hasta el grosor de los labios! …... ¡¡De esta forma, no puedo decir que soy igual a esa persona, ¿verdad?!!”

“Vaya, vaya, lo lamento por eso, senpai. De todas formas, yo soy una pobre e inferior estudiante. Tal parece que no me resulta perfecto del todo.”

Por supuesto, eso era mentira. Teniendo el poder del demonio, es fácil hacer algo como hacer que un rostro sea igual al de un sujeto en específico.

Sin embargo, no lo hice así apropósito.

“¡Hazlo de nuevo, una vez más!”

“Eso es imposible, senpai. Cada uno puede cambiar su rostro una sola vez. Naturalmente, si dice que no le importa ser poseída por el demonio, eso es otra cosa.”

“Maldición… …”

Mientras observaba a Mayrana temblar de ira, susurré dentro de mi corazón: “Te lo mereces”.


Tal parece que la “Cuarta: la Sombra”, Mayrana, fue mandada por el alcalde de Calgaround, que ahora se encuentra en la Meseta de Marigod. Ella hasta se está llamando a sí misma por el mismo nombre, Santa Claus.

Ella no se curará de su enfermedad llamada “crisis de identidad” hasta que muera, seguramente.

Escuché rumores de que últimamente ella está en contacto con la llamada “Princesa que trae el sueño”. Su objetivo es obvio. Como pensé, seguramente Mayrana desea tener también un “recipiente de los pecados capitales”. Es decir, es su rivalidad conmigo.

(… … Sin embargo, ¿estará bien llamar “recipiente de los pecados capitales” a eso?)

No parece que ya vayan a venir clientes hoy. Yo me puse de pie hacer los preparativos para el cierre de la tienda.

Sin embargo, en ese momento, oí el sonido de alguien tocando a la puerta.

(¿Será un cliente? Qué molestia. Si es así, sería bueno que entrara por su cuenta)

Caminé sin ganas hasta la entrada y abrí la puerta.

“Vaya……”

El que se encontraba parado allí era uno de mis compañeros, llamado “el Sexto: Venom”.

Era Gatt Colomb.
Nemurase-hime kara no Okurimono
Historias cortas: Capítulo 3


Yo no sé mucho sobre los origenes de Mayrana Blossom.

Antiguamente vivía en el Imperio de Belzenia, pero, al parecer, allí Santa Claus descubrió su talento para la magia y se hizo su aprendiz.

De acuerdo a Santa Claus, tal parece que en realidad sólo rara vez existen personas con tanto ingenio de hechicera como Mayrana. En tiempos antiguos, casi todas las familias que poseían talento para la magia se encontraban en el Reino Mágico de Levianta, sin excepción. Sin embargo, debido al “Desastre de Levianta”, la mayoría de esos clanes terminaron por extinguirse.

La primera vez que me encontré con Mayrana, ella ya se llamaba a sí misma “la Cuarta: la Sombra”. A pesar de que los miembros de Pere Noel eran sólo ella y Santa Claus, por alguna razón ella escogió el nombre de “la Cuarta”. Es debido a que la bruja de tiempos antiguos a la que ella admiraba, “Meta Salmhofer”, era la cuarta de los miembros de la organización a la que ella pertenecía, “Apocalypse”.

Yo admiraba a Santa Claus y también a Mayrana, por lo que aspiraba a ser su aprendiz, pero al final no me convertí totalmente en una hechicera. Aún ahora no puedo olvidar esa mirada de desprecio de Mayrana cuando fui excomulgada una vez por Santa Claus.

Por eso, cuando Mayrana apareció en esta tienda para pedir mi poder, yo la recibí sintiendo un cierto sentimiento de superioridad.

“Tal parece que hasta Mayrana-senpai no conoce una magia para cambiar el propio rostro, ¿no?”

Parece que Mayrana se puso un poco de mal humor, ante mi intento ser lo más cínica posible.

“… … Ese poder que tienes no es tuyo de verdad, ¿no? Nunca olvides que es sólo un poder que tomaste prestado de esa persona ---- el poder del demonio de la lujuria. Porque, después de todo, sólo estás siendo mantenida aquí por la compasión de esa persona.”

Era un tono de voz calmado y respetuoso, pero yo sabía que había una porción de odio y celos allí.

Santa Claus no le concedió un “recipiente de los pecados capitales” a Mayrana. Eso debido a que juzgó que no había necesidad de darle más poder a alguien como ella, que ya era una talentosa hechicera. Pero parece que Mayrana estaba disconforme con eso.

Se preguntaba “¿por qué le concede un recipiente a esa forma de vida inferior y no a mí?”.

Mayrana adoraba a Santa Claus. Desde mi punto de vista, era tanta que me parecía extraña. Ella usaba las mismas ropas que Santa Claus, prefería usar los mismos maquillajes, y tenía el mismo menú para comer. Puede que Mayrana hiciera así para demostrar su lealtad hacia Santa Claus, pero tal parece que últimamente a Santa Claus comenzó a desagradarle Mayrana, que tanto trata de identificarse con ella. Con el pretexto de una misión, terminó mandando lejos a Mayrana, a la apartada tierra de Marigod.

Y esa chica dice que desea cambiar su rostro.

Sin preguntarle, yo ya sabía a la cara de quien quería cambiarla.

“Deseo que hagas que mi cara sea igual a la de esa persona. Igual desde la altura de la nariz hasta la cantidad de arrugas. Te pagaré el doble de lo normal.”

Ese dinero, probablemente, servía también como soborno para que no hablara de ello con Santa Claus.

No tiene sentido. Es algo que ella sabrá de inmediato en cuanto se la encuentre directamente.

Puede que, para Mayrana, eso diera lo mismo. Ella también sabía que, una vez que cambias tu cara, nunca podrás devolverla a como era antes. En pocas palabras, eso quiere decir que no tengo que acusarla hasta que cambie su rostro.

“Entonces, venga por aquí……”

Yo asentí y la guié al interior de la tienda.

“Le pido que sea rápida.”

Mayrana se acostó en la cama antes de que yo le indicara hacerlo.

“Lo sé.”

Yo convoqué al “demonio de la lujuria” de la Espada Venom.


Todo terminó, y Mayrana confirmaba el aspecto de su rostro en el espejo.

Yo veía como ese rostro se iba sonrojando en un instante. Seguramente yo mostré una débil sonrisa en ese momento.

“… … ¿Qué significa esto?”

Mayrana voltea la cabeza y me mira frunciendo el ceño.

“Te pareces mucho, ¿no? A esa persona.”

“¡Creo haberte dicho que quería que “la hicieras igual”! Ciertamente me parezco, pero ---- esto es un poco diferente. ¡También el tamaño de los ojos! ¡Hasta el grosor de los labios! …... ¡¡De esta forma, no puedo decir que soy igual a esa persona, ¿verdad?!!”

“Vaya, vaya, lo lamento por eso, senpai. De todas formas, yo soy una pobre e inferior estudiante. Tal parece que no me resulta perfecto del todo.”

Por supuesto, eso era mentira. Teniendo el poder del demonio, es fácil hacer algo como hacer que un rostro sea igual al de un sujeto en específico.

Sin embargo, no lo hice así apropósito.

“¡Hazlo de nuevo, una vez más!”

“Eso es imposible, senpai. Cada uno puede cambiar su rostro una sola vez. Naturalmente, si dice que no le importa ser poseída por el demonio, eso es otra cosa.”

“Maldición… …”

Mientras observaba a Mayrana temblar de ira, susurré dentro de mi corazón: “Te lo mereces”.


Tal parece que la “Cuarta: la Sombra”, Mayrana, fue mandada por el alcalde de Calgaround, que ahora se encuentra en la Meseta de Marigod. Ella hasta se está llamando a sí misma por el mismo nombre, Santa Claus.

Ella no se curará de su enfermedad llamada “crisis de identidad” hasta que muera, seguramente.

Escuché rumores de que últimamente ella está en contacto con la llamada “Princesa que trae el sueño”. Su objetivo es obvio. Como pensé, seguramente Mayrana desea tener también un “recipiente de los pecados capitales”. Es decir, es su rivalidad conmigo.

(… … Sin embargo, ¿estará bien llamar “recipiente de los pecados capitales” a eso?)

No parece que ya vayan a venir clientes hoy. Yo me puse de pie hacer los preparativos para el cierre de la tienda.

Sin embargo, en ese momento, oí el sonido de alguien tocando a la puerta.

(¿Será un cliente? Qué molestia. Si es así, sería bueno que entrara por su cuenta)

Caminé sin ganas hasta la entrada y abrí la puerta.

“Vaya……”

El que se encontraba parado allí era uno de mis compañeros, llamado “el Sexto: Venom”.

Era Gatt Colomb.
Nemurase-hime kara no Okurimono
Historias cortas: Capítulo 3


Yo no sé mucho sobre los origenes de Mayrana Blossom.

Antiguamente vivía en el Imperio de Belzenia, pero, al parecer, allí Santa Claus descubrió su talento para la magia y se hizo su aprendiz.

De acuerdo a Santa Claus, tal parece que en realidad sólo rara vez existen personas con tanto ingenio de hechicera como Mayrana. En tiempos antiguos, casi todas las familias que poseían talento para la magia se encontraban en el Reino Mágico de Levianta, sin excepción. Sin embargo, debido al “Desastre de Levianta”, la mayoría de esos clanes terminaron por extinguirse.

La primera vez que me encontré con Mayrana, ella ya se llamaba a sí misma “la Cuarta: la Sombra”. A pesar de que los miembros de Pere Noel eran sólo ella y Santa Claus, por alguna razón ella escogió el nombre de “la Cuarta”. Es debido a que la bruja de tiempos antiguos a la que ella admiraba, “Meta Salmhofer”, era la cuarta de los miembros de la organización a la que ella pertenecía, “Apocalypse”.

Yo admiraba a Santa Claus y también a Mayrana, por lo que aspiraba a ser su aprendiz, pero al final no me convertí totalmente en una hechicera. Aún ahora no puedo olvidar esa mirada de desprecio de Mayrana cuando fui excomulgada una vez por Santa Claus.

Por eso, cuando Mayrana apareció en esta tienda para pedir mi poder, yo la recibí sintiendo un cierto sentimiento de superioridad.

“Tal parece que hasta Mayrana-senpai no conoce una magia para cambiar el propio rostro, ¿no?”

Parece que Mayrana se puso un poco de mal humor, ante mi intento ser lo más cínica posible.

“… … Ese poder que tienes no es tuyo de verdad, ¿no? Nunca olvides que es sólo un poder que tomaste prestado de esa persona ---- el poder del demonio de la lujuria. Porque, después de todo, sólo estás siendo mantenida aquí por la compasión de esa persona.”

Era un tono de voz calmado y respetuoso, pero yo sabía que había una porción de odio y celos allí.

Santa Claus no le concedió un “recipiente de los pecados capitales” a Mayrana. Eso debido a que juzgó que no había necesidad de darle más poder a alguien como ella, que ya era una talentosa hechicera. Pero parece que Mayrana estaba disconforme con eso.

Se preguntaba “¿por qué le concede un recipiente a esa forma de vida inferior y no a mí?”.

Mayrana adoraba a Santa Claus. Desde mi punto de vista, era tanta que me parecía extraña. Ella usaba las mismas ropas que Santa Claus, prefería usar los mismos maquillajes, y tenía el mismo menú para comer. Puede que Mayrana hiciera así para demostrar su lealtad hacia Santa Claus, pero tal parece que últimamente a Santa Claus comenzó a desagradarle Mayrana, que tanto trata de identificarse con ella. Con el pretexto de una misión, terminó mandando lejos a Mayrana, a la apartada tierra de Marigod.

Y esa chica dice que desea cambiar su rostro.

Sin preguntarle, yo ya sabía a la cara de quien quería cambiarla.

“Deseo que hagas que mi cara sea igual a la de esa persona. Igual desde la altura de la nariz hasta la cantidad de arrugas. Te pagaré el doble de lo normal.”

Ese dinero, probablemente, servía también como soborno para que no hablara de ello con Santa Claus.

No tiene sentido. Es algo que ella sabrá de inmediato en cuanto se la encuentre directamente.

Puede que, para Mayrana, eso diera lo mismo. Ella también sabía que, una vez que cambias tu cara, nunca podrás devolverla a como era antes. En pocas palabras, eso quiere decir que no tengo que acusarla hasta que cambie su rostro.

“Entonces, venga por aquí……”

Yo asentí y la guié al interior de la tienda.

“Le pido que sea rápida.”

Mayrana se acostó en la cama antes de que yo le indicara hacerlo.

“Lo sé.”

Yo convoqué al “demonio de la lujuria” de la Espada Venom.


Todo terminó, y Mayrana confirmaba el aspecto de su rostro en el espejo.

Yo veía como ese rostro se iba sonrojando en un instante. Seguramente yo mostré una débil sonrisa en ese momento.

“… … ¿Qué significa esto?”

Mayrana voltea la cabeza y me mira frunciendo el ceño.

“Te pareces mucho, ¿no? A esa persona.”

“¡Creo haberte dicho que quería que “la hicieras igual”! Ciertamente me parezco, pero ---- esto es un poco diferente. ¡También el tamaño de los ojos! ¡Hasta el grosor de los labios! …... ¡¡De esta forma, no puedo decir que soy igual a esa persona, ¿verdad?!!”

“Vaya, vaya, lo lamento por eso, senpai. De todas formas, yo soy una pobre e inferior estudiante. Tal parece que no me resulta perfecto del todo.”

Por supuesto, eso era mentira. Teniendo el poder del demonio, es fácil hacer algo como hacer que un rostro sea igual al de un sujeto en específico.

Sin embargo, no lo hice así apropósito.

“¡Hazlo de nuevo, una vez más!”

“Eso es imposible, senpai. Cada uno puede cambiar su rostro una sola vez. Naturalmente, si dice que no le importa ser poseída por el demonio, eso es otra cosa.”

“Maldición… …”

Mientras observaba a Mayrana temblar de ira, susurré dentro de mi corazón: “Te lo mereces”.


Tal parece que la “Cuarta: la Sombra”, Mayrana, fue mandada por el alcalde de Calgaround, que ahora se encuentra en la Meseta de Marigod. Ella hasta se está llamando a sí misma por el mismo nombre, Santa Claus.

Ella no se curará de su enfermedad llamada “crisis de identidad” hasta que muera, seguramente.

Escuché rumores de que últimamente ella está en contacto con la llamada “Princesa que trae el sueño”. Su objetivo es obvio. Como pensé, seguramente Mayrana desea tener también un “recipiente de los pecados capitales”. Es decir, es su rivalidad conmigo.

(… … Sin embargo, ¿estará bien llamar “recipiente de los pecados capitales” a eso?)

No parece que ya vayan a venir clientes hoy. Yo me puse de pie hacer los preparativos para el cierre de la tienda.

Sin embargo, en ese momento, oí el sonido de alguien tocando a la puerta.

(¿Será un cliente? Qué molestia. Si es así, sería bueno que entrara por su cuenta)

Caminé sin ganas hasta la entrada y abrí la puerta.

“Vaya……”

El que se encontraba parado allí era uno de mis compañeros, llamado “el Sexto: Venom”.

Era Gatt Colomb.


Nemurase-hime kara no Okurimono
Historias cortas: Capítulo 3


Yo no sé mucho sobre los origenes de Mayrana Blossom.

Antiguamente vivía en el Imperio de Belzenia, pero, al parecer, allí Santa Claus descubrió su talento para la magia y se hizo su aprendiz.

De acuerdo a Santa Claus, tal parece que en realidad sólo rara vez existen personas con tanto ingenio de hechicera como Mayrana. En tiempos antiguos, casi todas las familias que poseían talento para la magia se encontraban en el Reino Mágico de Levianta, sin excepción. Sin embargo, debido al “Desastre de Levianta”, la mayoría de esos clanes terminaron por extinguirse.

La primera vez que me encontré con Mayrana, ella ya se llamaba a sí misma “la Cuarta: la Sombra”. A pesar de que los miembros de Pere Noel eran sólo ella y Santa Claus, por alguna razón ella escogió el nombre de “la Cuarta”. Es debido a que la bruja de tiempos antiguos a la que ella admiraba, “Meta Salmhofer”, era la cuarta de los miembros de la organización a la que ella pertenecía, “Apocalypse”.

Yo admiraba a Santa Claus y también a Mayrana, por lo que aspiraba a ser su aprendiz, pero al final no me convertí totalmente en una hechicera. Aún ahora no puedo olvidar esa mirada de desprecio de Mayrana cuando fui excomulgada una vez por Santa Claus.

Por eso, cuando Mayrana apareció en esta tienda para pedir mi poder, yo la recibí sintiendo un cierto sentimiento de superioridad.

“Tal parece que hasta Mayrana-senpai no conoce una magia para cambiar el propio rostro, ¿no?”

Parece que Mayrana se puso un poco de mal humor, ante mi intento ser lo más cínica posible.

“… … Ese poder que tienes no es tuyo de verdad, ¿no? Nunca olvides que es sólo un poder que tomaste prestado de esa persona ---- el poder del demonio de la lujuria. Porque, después de todo, sólo estás siendo mantenida aquí por la compasión de esa persona.”

Era un tono de voz calmado y respetuoso, pero yo sabía que había una porción de odio y celos allí.

Santa Claus no le concedió un “recipiente de los pecados capitales” a Mayrana. Eso debido a que juzgó que no había necesidad de darle más poder a alguien como ella, que ya era una talentosa hechicera. Pero parece que Mayrana estaba disconforme con eso.

Se preguntaba “¿por qué le concede un recipiente a esa forma de vida inferior y no a mí?”.

Mayrana adoraba a Santa Claus. Desde mi punto de vista, era tanta que me parecía extraña. Ella usaba las mismas ropas que Santa Claus, prefería usar los mismos maquillajes, y tenía el mismo menú para comer. Puede que Mayrana hiciera así para demostrar su lealtad hacia Santa Claus, pero tal parece que últimamente a Santa Claus comenzó a desagradarle Mayrana, que tanto trata de identificarse con ella. Con el pretexto de una misión, terminó mandando lejos a Mayrana, a la apartada tierra de Marigod.

Y esa chica dice que desea cambiar su rostro.

Sin preguntarle, yo ya sabía a la cara de quien quería cambiarla.

“Deseo que hagas que mi cara sea igual a la de esa persona. Igual desde la altura de la nariz hasta la cantidad de arrugas. Te pagaré el doble de lo normal.”

Ese dinero, probablemente, servía también como soborno para que no hablara de ello con Santa Claus.

No tiene sentido. Es algo que ella sabrá de inmediato en cuanto se la encuentre directamente.

Puede que, para Mayrana, eso diera lo mismo. Ella también sabía que, una vez que cambias tu cara, nunca podrás devolverla a como era antes. En pocas palabras, eso quiere decir que no tengo que acusarla hasta que cambie su rostro.

“Entonces, venga por aquí……”

Yo asentí y la guié al interior de la tienda.

“Le pido que sea rápida.”

Mayrana se acostó en la cama antes de que yo le indicara hacerlo.

“Lo sé.”

Yo convoqué al “demonio de la lujuria” de la Espada Venom.


Todo terminó, y Mayrana confirmaba el aspecto de su rostro en el espejo.

Yo veía como ese rostro se iba sonrojando en un instante. Seguramente yo mostré una débil sonrisa en ese momento.

“… … ¿Qué significa esto?”

Mayrana voltea la cabeza y me mira frunciendo el ceño.

“Te pareces mucho, ¿no? A esa persona.”

“¡Creo haberte dicho que quería que “la hicieras igual”! Ciertamente me parezco, pero ---- esto es un poco diferente. ¡También el tamaño de los ojos! ¡Hasta el grosor de los labios! …... ¡¡De esta forma, no puedo decir que soy igual a esa persona, ¿verdad?!!”

“Vaya, vaya, lo lamento por eso, senpai. De todas formas, yo soy una pobre e inferior estudiante. Tal parece que no me resulta perfecto del todo.”

Por supuesto, eso era mentira. Teniendo el poder del demonio, es fácil hacer algo como hacer que un rostro sea igual al de un sujeto en específico.

Sin embargo, no lo hice así apropósito.

“¡Hazlo de nuevo, una vez más!”

“Eso es imposible, senpai. Cada uno puede cambiar su rostro una sola vez. Naturalmente, si dice que no le importa ser poseída por el demonio, eso es otra cosa.”

“Maldición… …”

Mientras observaba a Mayrana temblar de ira, susurré dentro de mi corazón: “Te lo mereces”.


Tal parece que la “Cuarta: la Sombra”, Mayrana, fue mandada por el alcalde de Calgaround, que ahora se encuentra en la Meseta de Marigod. Ella hasta se está llamando a sí misma por el mismo nombre, Santa Claus.

Ella no se curará de su enfermedad llamada “crisis de identidad” hasta que muera, seguramente.

Escuché rumores de que últimamente ella está en contacto con la llamada “Princesa que trae el sueño”. Su objetivo es obvio. Como pensé, seguramente Mayrana desea tener también un “recipiente de los pecados capitales”. Es decir, es su rivalidad conmigo.

(… … Sin embargo, ¿estará bien llamar “recipiente de los pecados capitales” a eso?)

No parece que ya vayan a venir clientes hoy. Yo me puse de pie hacer los preparativos para el cierre de la tienda.

Sin embargo, en ese momento, oí el sonido de alguien tocando a la puerta.

(¿Será un cliente? Qué molestia. Si es así, sería bueno que entrara por su cuenta)

Caminé sin ganas hasta la entrada y abrí la puerta.

“Vaya……”

El que se encontraba parado allí era uno de mis compañeros, llamado “el Sexto: Venom”.

Era Gatt Colomb.

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